Destino [Marco]

Marco imitó a la joven y se introdujo en el agua hasta llegar a la misma altura que ella. No estaba demasiado tranquilo en aquel elemento que no era el suyo, no pudo evitar agarrar con cierta fuerza la mano de la joven, solo así podía sentirse algo más protegido. No quería separarse de ella... - Me gusta mas el aire, me hace sentir libre - respondió el dragón mientras suspiraba con profundidad, tratando de tranquilizarse y no ponerse nervioso ante el contacto de su piel con el agua.

- Si quieres, algún día puedo llevarte - agregó segundos después aun a sabiendas de que no le gustaría demasiado, una sirena tan lejos del agua no podía sentirse demasiado cómoda y, seguramente, acabase por no gustarle demasiado el paseo que podía darle.

Reí divertida ante su sugerencia, odiaba volar, sin embargo, si el había echo esto por mi, aceptaría volar con el.
-Bueno, si tu has echo esto por mi, lo haré si tu quieres.-le dije mostrando una sonrisa entusiasta. Noté como me apretaba mas la mano, le correspondí el apretón y me acerque mas a el.-no te pongas nervioso.-le dije abrazándole, apoye mi cabeza en su pecho y sonreí. Era agradable estar así con el, un ligero cosquilleo recorrió mi cuerpo ante su contacto.

Suspiré relajada, ahora mismo casi todas mis preocupaciones fueron reducidas a nada, era agradable por un momento no tener que preocuparse por todo lo que nos acontecía, simplemente el echo de estar, así tan relaja y agradable era lago que hacía mucho que no sentía.

- No tienes porque obligarte - enunció con un tono de voz tranquilo, y un tanto más alegre que el entonado anteriormente por el cariñoso gesto de la joven, al tiempo que le devolvía el abrazo y se dedicaba a disfrutar del suave tacto que solo la piel de aquella sirena podía ofrecerle. Suspiró con profundidad al tiempo que una pequeña sonrisa era esbozada en su rostro, aquel momento le estaba gustando más que casi cualquier otro, se encontraba muy bien en aquellas circunstancias.

Un nuevo suspiró escapó de los labios del dragón al tiempo que un pequeño escalofrío, de frío a causa del contacto con el agua, le recorría la espalda y hacía que un leve temblor le sacudiese. El contacto con el agua estaba empezando a hacer mella en la integridad física de Marco, no estaba acostumbrado a aquella sensación.

Sonreí, mientras me acomodaba mas en su pecho, a pesar de ser fuerte me resulta tan cómodo como agradable. Alce un poco la vista y le miré, ahí estábamos cada uno reprimiendo lo que sentíamos por nuestro destino. Eso me dolía tanto y me hacía sentir tan desdichada que simplemente no podría ni pensar que todo fuese tan complicado siempre. Me separé de sus brazos, con el rostro oculto bajo mi pelo rubio rizado.Me adentré un poco mas hacia el mar.
Yo ya sabía que esto no iba ser tan complicado, que no me resultaría agradable, pero sin embargo, acepte simplemente por que así lo quisieron, pero con lo que yo no contaba era con Marco.

Me apenaba tanto guardar esa linea que quería sobrepasar que haces cuando me planteaba las cosas retrocedía con miedo a no saber que hacer.

Marco suspiró con profundidad al tiempo que dejaba que la joven sirena se acomodase, mejor, en su pecho, sin que el hiciese nada por impedirlo, le gustaba estar así con la joven de cabellos rubios. Era agradable sentirla tan cerca y el poder rodearla con sus brazos... pero pocos segundos después la joven se apartó sin que el dragón entendiese del todo el porque. Ella se introdujo un poco más adentro y fue por eso que él sintió cierto miedo a seguirla, ya no lo sujetaba, se sentía algo inseguro sin tener aquella sensación de seguridad que le daba ella. - ¿Pasa algo? - preguntó él, sin saber del todo las razones de las acciones de Amelia. El dragón suspiró con profundidad mientras dirigía su mirada a los ojos de la Myler, esperando escuchar su respuesta para acallar las dudas que se habían instalado en su cabeza.

Me volví hacia el cuando me pregunto si pasaba algo.
"Si, si que pasa algo" me hubiese gustado decirle, sin embargo, me contuve a expresar mis pensamientos en voz alta. Recorrí de nuevo la distancia que nos separó y le cogí de la mano.
-Volvamos a la arena.-le dije con voz pausada y tranquila, cuando alcanzamos la arena, me senté pensado en mil cosas a la vez, tantos pensamientos podía ocupar mi mente a lo largo de el día que casi parecía que me iba explotar la cabeza.Le mire durante unos segundos y no puede evitar sonreír, siempre lo hacía cada vez que estaba a su lado, el era lo único bueno entre tanto dolor.
-Eres mi único consuelo entre tanta violencia, Marco.-le dije dulce mientras mi mano se posaba en su rostro.
Me quede así durante varios minutos esperando su reacción aunque supuse cual sería, el siempre se amoldaba a todos mis movimientos, era como si estuviésemos sincronizados.

Marco solo atinó a sujetarle la mano con suavidad mientras esbozaba una escueta sonrisa y la miraba, disfrutando de aquel momento, deseando que fuese eterno... la miró, escuchando con atención cada una de las palabras que ella pronunciaba, no pudiendo evitar sentir sentir cierta tristeza ante lo dicho y, por otro lado, gran júbilo al saber que era él quien le servía de apoyo. - Siempre seré tu consuelo, siempre que tu quieras... - dijo mientras la tomaba de la mano aun mas suavemente, sintiendo el calor de su piel...

Y, tras años esperando a ello, sin saber bien de donde sacaba aquel valor que le empujaba a hacer lo que siempre había deseado, fue acercando su rostro al de ella, poco a poco, cerrando los ojos, esperando que aquel sentimiento que poseía no fuese unicamente suyo, que fuese de los dos... La besó, junto sus suaves labios con los de ella sin haberle dado tiempo a que pudiese negarle aquel contacto tan añorado y deseado... Y es que la suavidad de sus labios, el calor de los mismos, era algo que deseaba más que nada en el mundo. - Yo... yo... te quiero... Quiero ser siempre tu consuelo - dijo, completamente sonrojado, mientras le dedicaba una última mirada.